El Banco de Alimentos Perú (BAP) desarrolla este trabajo a favor de organizaciones sociales y poblaciones de extrema pobreza en los distritos de Manchay, Pachacamac y San Juan de Miraflores, en Lima, así como en las localidades de Ica, Pisco y Chincha.
Proyectos para estas comunidades en situación de vulnerabilidad se extenderán entre seis meses y un año e incluirán capacitaciones y la gestación de emprendimientos sociales colectivos
El Banco de Alimentos del Perú (BAP), organización sin fines de lucro que desde el 2014 lucha contra el hambre y el desperdicio de alimentos en nuestro país, se encuentra liderando dos proyectos de seguridad y atención alimentaria que favorecerán a 9,000 ciudadanos en Lima y el sur peruano.
Se trata del ‘Proyecto Nutriendo corazones’ y el ‘Proyecto Alimentando con esperanza’, el primero enfocado en los distritos de Manchay, Pachacamac y San Juan de Miraflores, en Lima, y el segundo dirigido a las localidades de Ica, Pisco y Chincha”, precisa Daniela Osores, gerenta general del BAP.
En el caso del “Proyecto Nutriendo corazones”, su objetivo es atender a 7,200 personas que pertenecen a 120 comedores populares y ollas comunes de Manchay, Pachacamac y San Juan de Miraflores, y que hoy deben convivir con el riesgo de una inseguridad alimentaria entre moderada y severa.
“La idea es que, al cabo de un año de ejecución, el BAP, con el soporte como aliado de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, podamos impactar a 7,200 personas a través de 200,000 toneladas de alimentos y 600,000 raciones”, destaca Osores, y añade que el proyecto ya se encuentra en la primera de sus tres etapas de implementación.
CAPACITACIÓN Y GESTACIÓN DE EMPRENDIMIENTOS
A la fecha, en la primera etapa del proyecto se ha logrado cubrir los componentes de rescate y compra de alimentos, y de fortalecimiento de capacidades para la sostenibilidad, quedando pendiente concretar los dos componentes restantes del trabajo: el equipamiento para asegurar la vida útil de los alimentos y el impulso de un emprendimiento social colectivo.
Sobre este último ítem, Leslie Pierce, presidente de directorio del BAP, anota que a futuro “se promoverá a 40 socias de comedores populares como líderes involucradas con el desarrollo de sus comunidades, y, sobre todo, capacitadas en la gestación de emprendimientos sociales y sostenibles, un aspecto fundamental para que esta clase de proyectos se sostengan a futuro”.
AlIMENTOS EN ZONAS DE EXTREMA POBREZA
De igual forma, el BAP está trabajando en el “Proyecto Alimentando con esperanza”, dirigido a 1,800 personas entre niños, niñas, personas adultas mayores, y mujeres gestantes que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria severa en las localidades de Ica, Pisco y Chincha.
“Trabajaremos durante seis meses en esta zona para atender con alimentos complementarios nutritivos a estos 1,800 ciudadanos, a través de 30 comedores populares y ollas comunes, esto nos permitirá alimentar también la esperanza y dar el soporte necesario en una necesidad tan básica como es la alimentación”, refiere Daniela Osores.
El objetivo de este proyecto en su primera etapa es entregar más de 16,000 kilos de alimentos y más de 65 mil raciones, añade la gerenta general del BAP. De momento, se ha concretado ya una primera entrega de alimentos, coberturando a 9 comedores en Ica, y 21 comedores en Chincha y Pisco, anota la ejecutiva.
Después de esta primera etapa, el BAP atenderá a otras comunidades por otros 6 meses en Trujillo, finaliza.